Pensar a veces aturde
Si los pensamientos son un tren, el mío se está descarrilando. O son hojas al viento dando vueltas y vueltas hasta envolverme en un tornado que me deja sin sentido. Hoy no quiero pensar. Me aniquilan en leves electroshocks las malditas sinapsis hiperactivas, el caldo espeso de neurotransmisores me llega ya a la cintura.
Ya vuelvo.
Tengo que subir a la punta de aquella montaña en el horizonte y lanzar al espacio con todos mis pulmones un grito de guerra contra esta saturación que me ahoga.
Y no, no sufro mal de amores. Y no, no me quiero ir de aquí (se me han vuelto ustedes necesarios como una conciencia querida). Es sólo que no sé acumular emociones. No tengo vocación de red de pesca sino de rosa de vientos. Mi norte está siempre con el universo.
Ahora dudo entre aquella bendita ignorancia y la conciencia que no me deja esquivar ideas claras.
Estoy hasta el gorro del racionalismo y el exceso de cordura.
Me voy por unos días a ser simplemente un poco de piel y huesos bajo el sol. A caminar junto a los perros y echarme la siesta con los gatos. A gritar con los loros y ondular con el río. A ser tierra, viento y marea.
A integrarme al cosmos sin intentar entenderlo.
Cierro la ventana hacia dentro de mí misma por unos días. La puerta se queda abierta (nunca ha tenido ni necesidad de cerraduras) pero yo me salgo un rato.
Besos enormes a todos.
Gab
Ya vuelvo.
Tengo que subir a la punta de aquella montaña en el horizonte y lanzar al espacio con todos mis pulmones un grito de guerra contra esta saturación que me ahoga.
Y no, no sufro mal de amores. Y no, no me quiero ir de aquí (se me han vuelto ustedes necesarios como una conciencia querida). Es sólo que no sé acumular emociones. No tengo vocación de red de pesca sino de rosa de vientos. Mi norte está siempre con el universo.
Ahora dudo entre aquella bendita ignorancia y la conciencia que no me deja esquivar ideas claras.
Estoy hasta el gorro del racionalismo y el exceso de cordura.
Me voy por unos días a ser simplemente un poco de piel y huesos bajo el sol. A caminar junto a los perros y echarme la siesta con los gatos. A gritar con los loros y ondular con el río. A ser tierra, viento y marea.
A integrarme al cosmos sin intentar entenderlo.
Cierro la ventana hacia dentro de mí misma por unos días. La puerta se queda abierta (nunca ha tenido ni necesidad de cerraduras) pero yo me salgo un rato.
Besos enormes a todos.
Gab